Padre Luis preside 145 leproserias en China.

PADRE LUIS RUIZ SUÁREZ
Misionero Jesuíta
"Lo que más necesita un leproso es que le traten con cariño"
El Padre Luis Ruiz Suárez ha pasado prácticamente toda su vida lejos de España y al servicio de los demás. Un día, cuando él contaba con 73 años, alguien le comentó que unos leprosos trataban de sobrevivir sin ayudas en un lugar recóndito entre las montañas de China. Han pasado casi veinte años, y este misionero preside las 145 leproserías más reconocidas del país, donde se atienden a más de 100.000 enfermos. "Y todavía queda mucho por hacer"
¿Cómo encontró su vocación?
Cuando era un niño vivía cerca de la residencia de los jesuitas y allí servía de monaguillo. Quise entrar en la compañía desde muy pequeño, aunque no me aceptaron tan rápido como hubiese querido
¿Nos puede contar cuál ha sido su trayectoria? Antes de llegar a China
estuvo usted en muchos sitios como Bélgica, Cuba...
Empecé en Gijón, pasé por Salamanca y terminé mi noviciado en Bélgica, en el año 33, después de que en 1931 la Compañía de Jesús fuera expulsada de España. En 1937 pedí mi traslado a Cuba, y allí estuve de profesor en el Colegio de Belén, donde estudió Fidel Castro. Cuba para mí fue una experiencia extraordinaria. Antes de llegar a la isla tenía un carácter tímido, pero estudiar mi último año de magisterio allí y conocer el carácter abierto de sus gentes me cambió mucho.
¿Cómo era de alumno Fidel Castro?
Los colegios de los jesuitas tiene dos divisiones. Castro estaba en la interna y yo en la externa, por lo que no tuvimos mucho contacto. Lo que sí es cierto es que cuando yo me fui del colegio me enteré de que le echaron por sacar una pistola en clase.
¿Cómo aparece usted en China?
En el año 41 y después de pasar por Japón empezó mi periplo en China. Primero llegué a Shangai, donde me puse a estudiar chino mandarín, ¡Idioma complicadísimo por cierto!. Pero en el 42 tuve que huir del país por la Guerra Mundial entre Estados Unidos y Japón. En 1945 fui ordenado sacerdote y me destinaron a la misión de Anking. Pero en 1951 los comunistas ocuparon nuestra casa, me hicieron prisionero y casi me muero de una fiebre tifoidea fenomenal. Menuda situación, sin doctores, ni medicinas.... Después me expulsaron de China.
¿Cómo continuó su labor?
Me mandaron a Macao, una islita al lado de China, que era colonia portuguesa. Allí estuve ayudando a los refugiados que llegaban de China muertos de hambre, sin dinero ni trabajo. Unos 30.000 personas llegaron hasta sus costas. Nosotros les dábamos ropa, comida y lo que podíamos. Lo que ocurrió en 1969 es que declararon Macao territorio chino, y las autoridades nos prohibieron recibir más refugiados. A pesar de todo nunca paramos nuestra labor de ayudarles.
¿Cómo surgió la idea de las leproserías?
Empecé a entablar contactos con las misiones que había allí desplazadas, y conocí a un padrecito que me dijo que había en Guangdong una leprosería en condiciones miserables. Recuerdo que fuimos de noche en lancha cual bandidos a verles. Allí vi lo más triste que han visto nunca mis ojos. Cientos de personas agonizando solas sin comida, ropa, agua, sin ningún tipo de ayudas. Fue entonces cuando decidí ayudar de la mejor forma posible a esta causa. Empezamos a tratar a los enfermos, hablamos con los directores y nos hicimos amigos. Uno de ellos me dijo que allí no había nadie que quisiera trabajar con ellos, a lo que respondí que yo le podía conseguir gente. El me dijo: "mándamelos" y le respondí "invítelos". Ahí me arriesgué porque las autoridades chinas nos tenían prohibidos los accesos, pero lo conseguimos. Ahora, el Gobierno es quien se ofrece a ayudarnos. Aunque, un leproso más que dinero lo que necesita es amor.
Y ahora son 145 leproserías...
Sí, tengo que agradecer que poquito a poco conseguimos financiación para seguir trabajando. La realidad es que todo el dinero es poco, aquí las necesidades son enormes. Quien nos lea, si quiere, que se anime a mandarnos una ayuda por pequeña que sea. A todos les escribo personalmente para darles las gracias.
¿No se le acaban nunca las fuerzas?
En china tengo 29 años (risas). Pero en realidad tengo 92. Es la energía interior, es el amor por ellos lo que me mantiene en pie. Esta gente es la más abandonada, necesitan mucha ayuda.
¿Cómo se lleva estar tantos años sin volver a España?
Salí de España a los 18 años, después estuve siete en Bélgica, cuatro en Cuba y he pasado 41 años en China. En los setenta regresé a España, ni mi familia me conocía. Cuando regreso a mi país soy un extranjero. Pero esto es parte de la vida del misionero. A veces me siento solitario, mis antiguos compañeros tienen sus vidas y están muy ocupados.
¿Cuántos idiomas conoce?
El chino me cuesta todavía. Nunca tuve facilidad para estudiarlo. En general, tenemos dos años para los idiomas, pero con la guerra entre Japón y Estados Unidos los nipones invadieron China y no tuve más que un año para estudiar su idioma. Por otro lado, aquí hay que ser un lingüista extraordinario porque en Macao, ahora, utilizamos siete lenguas distintas. Español, francés, italiano, inglés, portugués, chino norte, chino sur, somos refugios internacionales. Además, debes adaptarte a las culturas y caracteres de cada persona.
Si quieres ayudar a los leprosos de Macao
"Misioneros extremo oriente S.J", de la Compañía de Jesús
Banco Santander central hispano
Concepto: para el padre Luis Ruiz, leprosos de Macao
Número de cuenta: 00495240652010061214
No hay comentarios:
Publicar un comentario