27/9/06

Biciclown.Sonrisas por el mundo.

Supe del biciclown gracias a Jean Beliveau (http://www.wwwalk.org) durante su encuentro por Perú. Con afinidades similares a las mías como la risa solidaria, viajes y bicicleta, ha sido una gran influencia para el proyecto Sacasonrisas. Tiene un interesante libro de su recorrido por Sudamerica : Kilómetros de sonrisas.

Dejó un empleo fijo, vendió el automóvil, se subió a una bicicleta y desnudó su corazón de payaso hace ya cinco años, pero el "biciclown" asegura que se siente con el mismo ánimo de completar su vuelta al mundo, provocando sonrisas entre "los más necesitados".

"La sensación es como si hubiera salido ayer", admite este singular payaso desde Dar es Salam, la capital tanzana, después de haber recorrido 28.272 kilómetros, veinticinco países y 654 días de una campaña titulada "Miles de sonrisas alrededor del mundo en ochenta meses".

El "biciclown" es un asturiano de 38 años, ex oficial de notarías, que se hace llamar Alvaro Neil y que optó por montarse en su bicicleta, a la que llama "Kova", para dedicarse "a hacer cosquillas a la tierra".

Es un periplo de larga duración, que ya le llevó a recorrer 31.547 kilómetros por Sudamérica durante diecinueve meses en su primera salida.

Tras un año en España y la publicación de un libro titulado "Kilómetros de sonrisas", se propuso un nuevo reto que emprendió en noviembre de 2004 en Oviedo y concluirá alrededor de 2014.

"Supongo que es como el que hace un salto mortal -dice Alvaro-, cuando uno lo hace no creo que piense 'qué bonito debe de quedar esto desde fuera'. Lo hace, simplemente lo ejecuta".

Al escuchar relatar sus vivencias por el continente africano, con el tono de sencillez de la humanidad que le impregna, a cualquiera se le encoge el alma con una mezcla de temor paternal y envidia sana, generado por lo que algunos podrían catalogar de valentía y otros de locura extrema.

Cuenta haber pedaleado por lugares inhóspitos y otros muy poblados, bajo el sol y la lluvia, cruzando montañas, tierras empedradas y caminos arenosos.

Senderos que unen Malaui con Mozambique donde los leones y los elefantes se revelan como una amenaza mortal. Desde coloridos poblados del reino de Suazilandia hasta paupérrimas ciudades de Zimbabue, bordeando Africa hasta que alcance Egipto, donde descansará unos meses para escribir su nuevo libro, y proseguir por Oriente Medio y Asia.

"Hay caminos imposibles, estás tú sólo y nadie va a venir a rescatarte, y si vienen es que ya estás muerto (...), pero si uno sale de esas situaciones, se vuelve más fuerte y es lo que te hace continuar".

Cada vez que tiene acceso a Internet actualiza su página web,donde detalla con fotos y palabras sus andanzas y representaciones gratuitas llenas de trucos de magia y malabares, ante un público que lo que menos esperaba era reirse aquel día.

"Te encuentras muy buena gente -recuerda-, lo que ocurre siempre con los países destrozados, sólo queda la gente auténtica, la gente dura (...) las sonrisas que ves aquí, en estas personas, te rompen, son sonrisas tan frescas, humanas...".

Relata cómo en Vilanculos, provincia de Mozambique, donde el idioma portugués le pareció más cercano, un espectáculo en la cárcel para 75 presos le caló profundo el espíritu.

La cárcel tenía "dos habitaciones con treinta presos cada una, sin estera para dormir, sin baño y también dos mujeres que dormían en la cocina con el techo roto. Fue muy bonito porque es gente que necesita reirse, más que nadie", dice el "biciclown".

Los patrocinadores aparecen y desaparecen, pero él no piensa en el futuro gracias a la venta de su libro y a donaciones de gente anónima que se enamora de su iniciativa.

"Me encontré una vez en mi cuenta veinte euros, sin un nombre, sólo una palabra: 'ánimo'", recuerda ahora.

Alvaro dice que, después de tantos kilómetros, está "más delgado, con heridas en los pies y deterioro en el equipo".

"Pero sigo llenando mi libreta de experiencia y reafirmando que esta vida es única y no vale la pena perder el tiempo en soñar, sino solamente en vivir los sueños", insiste.


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